viernes, 5 de enero de 2007

3. El modelo de competencia perfecta: Los resultados

La teoría de la demanda puede derivarse de la del consumidor, entonces, agregando las demandas individuales de un bien y viendo cuanto sería el total demandado para cada precio por cada consumidor. Esto nos llevaría a la curva de demanda del bien, que generalmente se representa como una curva descendente, debido a que en el eje de abcisas se representa el precio, y en el de ordenadas la cantidad de bien demandada. Significa que cuanto menor es el precio, mayor es la cantidad demandada.

El equilibrio económico es una situación en la que demanda y oferta son iguales o más generalmente en la que los factores susceptibles de provocar cambios se compensan entre si de tal manera que se tiene una situación estática invariable en el tiempo.

El término equilibrio puede referirse:
- A una situación específica en que un sistema físico, biológico, económico o de otro tipo en el que existen diferentes factores o procesos, cada uno de los cuales son capaces de producir cambios por sí mismo, pero que puestos en conjunto no producen cambios en el estado del sistema a lo largo del tiempo.
- A una situación en la que ocurre un proceso estacionario.
- A una situación en la que sucede simultáneamente.

El modelo de competencia perfecta fue perfeccionado por Arrow y Debreu con un objetivo preciso: mostrar la existencia de un equilibrio competitivo y, por tanto, mostrar que la coordinación de las elecciones individuales es posible. Pero el resultado es obtenido al precio de hipótesis muy fuertes y, sobre todo, logrado en un marco muy particular, centralizado dónde no se presentan intercambios directos entre los individuos. Además, la implementación de un procedimiento del tipo “ley de la oferta y la demanda” no asegura en manera alguna que se “encuentren” precios de equilibrio. Si, a pesar de todo el microeconomista continua atribuyendo un lugar central al modelo de competencia perfecta, es por tres razones:
1.- Tal modelo asegura la existencia al menos de un equilibrio general, lo que no es el caso para los modelos de competencia imperfecta, como lo veremos en el próximo capítulo.
2.- Sus equilibrios sirven de referencia como óptimos de Pareto; dicho de otra manera, se constituyen en norma, un objetivo hacia el cual habría de tenderse.
3.- Se puede “ampliar” de manera tal que el tiempo y la incertidumbre se puedan tener en cuenta, así sea de manera parcial o incluso “inesencial”.

Se puede discutir sobre lo bien fundado de tales razones, pero para el microeconomista son suficientes para que el modelo de competencia perfecta no sea completamente rechazado.

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